[Alerta Defensoras] MESOAMÉRICA / Estados de la región deben garantizar un 8 de marzo sin represión ni violencias patriarcales.

Cada 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, millones de mujeres, feministas y defensoras de derechos humanos nos movilizamos en plazas y otros espacios públicos de todo el planeta para reivindicar nuestra determinación de transformar este mundo en crisis que impone sobre nuestros cuerpos y nuestros territorios la violencia, la explotación y la violación de nuestros derechos.

La determinación colectiva de las mujeres por construir un mundo justo ha sido una amenaza histórica para quienes nos quieren sumisas, calladas y en nuestras casas. Por ello, las marchas del 8 de marzo y de otras fechas emblemáticas protagonizadas por mujeres y feministas generan tanto miedo y rabia en quienes vigilan el orden patriarcal, siendo la violencia su principal respuesta.

Durante los últimos años, desde la IM-Defensoras y las redes y articulaciones nacionales de defensoras que la integramos, hemos constatado una creciente violencia y represión cada vez que nos manifestamos. Una constante en los datos de nuestro registro de agresiones en todos los países de la región es que la Policía y otros actores estatales son los principales agresores de las defensoras de derechos humanos. Acallar voces, reprimir nuestras manifestaciones y limitar nuestra presencia en los espacios públicos es una tendencia en toda la región, tal y como constatamos en nuestro informe de 2021, ¿Marzo, el mes más peligroso para las defensoras?.

En El Salvador, este 8 de marzo llega a escasos días de que el caso de Beatriz, una joven salvadoreña a quien no se le permitió interrumpir su embarazo pese a que éste ponía en grave riesgo su vida y que el feto presentaba una malformación congénita que hacía inviable su vida extrauterina, llegue ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, y con las redes sociales repletas de expresiones misóginas por parte de grupos anti-derechos y entornos afines al Gobierno.

En Honduras, el 8 de marzo llega cuando todavía resuena la exigencia de justicia por el asesinato de Berta Cáceres o por la impunidad en la que también permanece el asesinato de Keyla Martínez, asesinada por la policía en 2020; y con muchas compañeras garífunas, lencas o tolupanes, que junto con sus comunidades enfrentan múltiples violencias vinculadas con el racismo y el despojo extractivista.

En México, el 8 de marzo llega miles de madres buscando a sus hijas desaparecidas, exigiendo justicia y exponiendo sus propias vidas en un país en el que, tan sólo en 2022, fueron asesinadas 5 madres buscadoras y en la que una defensora indígena y feminista como Kenia Hernández permanece presa en un penal de alta seguridad por ejercer su derecho a la protesta.

Este 8 de marzo llega también a una Nicaragua en la que hace años que nuestras compañeras no pueden salir a las calles a manifestarse; donde muchas de ellas se han visto obligadas a exiliarse o han sido desterradas; y en la que al menos 202 organizaciones feministas y con trabajo por los derechos humanos de las mujeres fueron ilegalmente canceladas por el gobierno durante 2022.

Es por todo ello que este 8 de marzo, como todos los días del año, las mujeres exigimos vivir sin violencia y poder expresarnos, reunirnos y manifestarnos sin miedo, tanto en las calles como en el entorno digital. 

Exigimos a los Estados de nuestros países reconocer y responsabilizarse de la crítica situación de violencia y desigualdad que enfrentamos las mujeres y evitar cualquier acto de difamación u otra forma de violencia en contra nuestra. 

Exhortamos a todos los mecanismos nacionales, regionales e internacionales de derechos humanos que se mantengan vigilantes y reaccionen de ser necesario

Desde la IM-Defensoras y organizaciones aliadas a nivel internacional este 8 de marzo denunciaremos cualquier acto que las autoridades u otros actores realicen con la finalidad de acallar nuestras voces y poner en riesgo nuestra vida e integridad. Pero, sobre todo, seguiremos cuidándonos juntas, defendiendo la vida y construyendo el mundo de dignidad y derechos que todas merecemos.

[Alerta Urgente] MESOAMÉRICA / Estados deben garantizar un 8 de marzo sin represión ni violencias patriarcales.

Cada 8 de marzo millones de mujeres y feministas alrededor del mundo nos movilizamos en plazas y otros espacios públicos para reivindicar nuestra determinación de transformar un mundo en crisis que impone sobre nuestros cuerpos y nuestros territorios la violencia, la explotación y la violación de nuestros derechos humanos.

Esta determinación colectiva de las mujeres por construir un mundo justo ha sido una amenaza histórica para quienes nos quieren sumisas, calladas y en nuestras casas. Por ello, las marchas del 8 de marzo y de otras fechas emblemáticas protagonizadas por mujeres y feministas generan tanto miedo y rabia en quienes vigilan el orden patriarcal, siendo la violencia su principal respuesta.. 

Desde la IM-Defensoras y las redes y articulaciones nacionales de defensoras que la integramos, hemos constatado la creciente violencia y represión cada vez que nos manifestamos. Acallar voces, reprimir nuestras manifestaciones y limitar nuestra presencia en los espacios públicos es una tendencia regional. De ello hablamos en nuestro informe ¿Marzo, el mes más peligroso para las defensoras?, a partir de los datos preliminares de nuestro registro de agresiones recabados durante el mes de marzo del pasado año.

Según este informe, en El Salvador, 20 de las 25 agresiones registradas durante el mes de marzo fueron en el marco del 8 de marzo. En Honduras, se crearon ad hoc organizaciones anti-derechos con el único objetivo de boicotear el 8 de marzo, mientras  organizaciones feministas como la Plataforma Somos Muchas o el Foro de Mujeres por la Vida sufrían ataques de diversa índole. En México vivimos represión de la protesta, difamación y detenciones arbitrarias en distintos lugares de la república y por parte de diferentes fuerzas de seguridad de orden local y estatal. En Nicaragua, país en el que toda manifestación y protesta es reprimida, el pasado 8 de marzo registramos al menos 16 agresiones contra defensoras, principalmente hostigamientos, asedios, restricciones a la libertad de movimiento, entre otras agresiones mayoritariamente perpetradas por la policía.

Es por todo ello que este 8 de marzo, como todos los días del año, las mujeres exigimos vivir sin violencia y poder expresarnos, reunirnos y manifestarnos sin miedo, tanto en las calles como en el entorno digital. 

Exigimos a los Estados de nuestros países reconocer y responsabilizarse de la crítica situación de violencia y desigualdad que enfrentamos las mujeres y evitar cualquier acto de difamación u otra forma de violencia en contra nuestra. 

Exhortamos a todos los mecanismos nacionales, regionales e internacionales de derechos humanos que se mantengan vigilantes y reaccionen de ser necesario

Desde la IM-Defensoras y organizaciones aliadas a nivel internacional este 8 de marzo denunciaremos cualquier acto que las autoridades u otros actores realicen con la finalidad de acallar nuestras voces y poner en riesgo nuestra vida e integridad. Pero, sobre todo, seguiremos cuidándonos juntas, defendiendo la vida y construyendo el mundo de dignidad y derechos que todas merecemos.