La Organización Fraternal Negra Hondureña (OFRANEH) y las comunidades garífunas de Honduras están viviendo una situación crítica de persecución y violencia que amenaza su ancestral forma de vida, su autonomía y su supervivencia.
En un contexto marcado por el racismo estructural y la connivencia del Estado y de sus instituciones con los intereses capitalistas de terratenientes y empresas extractivas nacionales y trasnacionales, estas comunidades y sus integrantes enfrentan constante criminalización, hostigamiento, estigmatización, desplazamiento forzado, represión, desapariciones, asesinatos y femicidios, entre muchas otras formas de violencia.
Los datos de nuestro Registro de agresiones a defensoras de derechos humanos son un testimonio doloroso de esta política de despojo y exterminio, con foco en la situación que enfrentan las defensoras garífunas y sus comunidades.
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Entre 2020 y septiembre de 2025 hemos documentado 2,076 agresiones contra la OFRANEH y defensoras que la integran.
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Más de la mitad de estas agresiones (63%) se perpetraron en los dos últimos años.
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La mayor parte de ellas (85%) se perpetraron de forma colectiva en los campamentos de reocupación de territorio ancestral garífuna (Nueva Armenia, Triunfo de la Cruz, Punta Gorda, Bahía de Trujillo, San Juan/Tela), o en plantones, manifestaciones o caravanas de apoyo a defensoras y defensores de tierra y territorio que han sido injustamente criminalizados, desaparecidos o asesinados.
¿Cómo agreden a las defensoras de la OFRANEH?
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En 2020 fueron asesinadas dos compañeras integrantes de la OFRANEH: Karla Ignacia Piota Martínez y Laura Carolina Valentín Domo.
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Desde 2020 hasta la fecha hemos documentado la judicialización de 10 defensoras integrantes de la organización.
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Las agresiones más frecuentes son hostigamientos (430), violencia verbal, psicológica o física (319), graves amenazas –incluso de asesinato– (188), vigilancia (176) y campañas de desprestigio (99).
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Algunas de las agresiones documentadas incluyen señalamientos racistas y ridiculización de sus prácticas ancestrales.
¿Quiénes las agreden?
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El Estado es el principal perpetrador de estas agresiones (44%): la policía (23%), fuerzas armadas (3%) y otras autoridades públicas (18%). En la mayor parte de los casos se identifica que estos actores estatales están protegiendo los intereses económicos de terratenientes y empresas extractivistas.
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18% de los perpetradores directos son actores privados como terratenientes (5%), empresas (4%), sus responsables (5%) o agentes de seguridad privada (3%).
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18% de los perpetradores son desconocidos, incluyendo usuarios virtuales desconocidos. Se sospecha que, en muchos casos, tras estos agresores desconocidos se encuentran actores vinculados a terratenientes y empresas extractivistas.
Los derechos del pueblo garífuna a existir, a habitar sus territorios ancestrales y a conservar su autonomía y cosmovisión son inalienables, por eso decimos que sus vidas son nuestras vidas.
Sus vidas son nuestras vidas porque en tiempos de crisis climática y colapso sistémico, el pueblo garífuna aporta al mundo alternativas de vida digna, de soberanía comunitaria y de cuidado de la Red de la vida.
Porque el racismo y el despojo capitalista no tienen lugar en la Mesoamérica por la que luchamos.