Pronunciamiento del 3er Encuentro de la Red Nacional de Defensoras y Periodistas de Derechos Humanos. Articulación Sureste Peninsular

Defensoras y periodistas de derechos humanos nos reunimos la primera semana de octubre de 2025, en Puerto Morelos, Quintana Roo, con el objetivo de fortalecer los lazos de trabajo colaborativo entre quienes formamos la articulación Sureste-Peninsular, para la consolidación de un plan de trabajo estratégico 2026-2028, que ponga en el centro la Protección Integral Feminista y la visibilización de la labor de defensa en el territorio.

Durante tres días de trabajo y, por qué no, también de gozo, de risa, y de compartir palabra, discutimos sobre el contexto de defensa en la región sureste-peninsular, así como los retos y las oportunidades para afrontarlos.

Sabemos que las defensoras y periodistas que habitamos estas regiones enfrentamos riesgos, desgaste y múltiples obstáculos para sostener la vida , la justicia y la dignidad. Sin embargo, también sabemos que en medio de la tormenta germina la esperanza. Nos encontramos para reconocernos, acompañarnos y tejer juntas estrategias que fortalezcan nuestras redes de protección y cuidado.

Compartimos el amor y la preocupación por estas tierras. Los megaproyectos lejos de representar un desarrollo sustentable, significan para muchas comunidades mayas y rurales, el despojo de sus territorios, el deterioro ambiental, el daño a nuestra salud y a los ecosistemas, así como una profunda desigualdad social.

En los estados de Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo nuestros bienes naturales se encuentran bajo presión por el despojo de empresas extractivistas, inmobiliarias y megaproyectos. Las defensoras del territorio continuamos siendo criminalizadas e invisibilizadas en el importante trabajo que realizamos desde nuestras comunidades.

La creciente problemática de la desaparición de personas en el sureste-peninsular hace visible cada vez más la inacción del Estado Mexicano, existe rezago en la identificación de cuerpos y una creciente criminalización a las personas que buscan a sus familias. Por ello exigimos la búsqueda en vida y el reconocimiento de las buscadoras como defensoras de derechos humanos. Es necesario mirar los estragos que estas situaciones dejan en sus vidas, en su salud y en el tejido social y comunitario.

En un contexto donde las mujeres hemos alcanzado derechos, es fundamental reconocer las diferencias y mirarnos desde la interseccionalidad, las mujeres rurales, indígenas, migrantes, mayas, las mujeres privadas de su libertad,, lesbianas, afromexicanas, enfrentan problemáticas específicas que deben ser atendidas con enfoque diferenciado. Como articulación, continuaremos nuestro trabajo colectivo y reafirmamos nuestro compromiso con los principios de Tlatelolco y la CEDAW. La falta de acceso real, a la justicia, a la salud, a la educación, y a diversos derechos, representa una negación a los derechos fundamentales.

Nos solidarizamos, especialmente con nuestras compañeras, defensoras y periodistas de Nicaragua, El Salvador y Honduras, quienes enfrentan contextos cada vez más adversos y peligrosos para la defensa de los derechos humanos. Les abrazamos sororalmente y reconocemos su valiente lucha cotidiana.

Nos sumamos a la rabia e indignación colectiva de los pueblos del mundo ante el genocidio del pueblo Palestino, condenamos la violencia sistematica del Estado genocida de Israel y la complicidad de los Estados nación que perpetúan proyectos colonialistas de despojo y muerte. Reafirmamos nuestro compromiso con la vida, el buen vivir y la autodeterminación de los pueblos del mundo y del pueblo Palestino. ¡Desde el río hasta el mar!

Por todo esto;

Exigimos que el Estado mexicano se manifieste y actúe para garantizar nuestros derechos humanos como pueblos y comunidades originarias que habitamos en los territorios de Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo, respetando nuestra autonomía, toma de decisiones y libre determinación.

Demandamos una revisión profunda de los impactos sociales, ambientales y culturales generados por el proyecto del tren maya, que ha recrudecido la violencia, la seguridad, el despojo y la expansión del crimen organizado en la región.

Demandamos una actuación urgente y coordinada para atender el grave problema de las desapariciones que afecta a nuestras comunidades.

Exigimos un alto a la invisibilización de la violencia que enfrentamos las mujeres defensoras, cuidadoras de la vida, del agua y del territorio, quienes sostenemos las resistencias comunitarias frente a la violencia sistemática que atraviesa nuestros cuerpos y territorios.

Que el Estado mexicano adopte una postura firme y clara ante el genocidio del pueblo Palestino y rompa toda relación política, militar y comercial con el Estado genocida de Israel.

Nuestro pacto es claro: Cuidarnos entre nosotras , sostenernos en la alegría, en la rabia y en la ternura. Reafirmamos que defender derechos no es un delito, es un derecho. Seguiremos defendiendo, soñando y construyendo caminos colectivos hacia la justicia y la paz feminista que merecemos.

¡Nuestro pacto es cuidarnos!

Red Nacional de Defensoras de Derechos Humanos en México

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