Según fuentes fidedignas a las que hemos tenido acceso, la activista feminista, historiadora y ex-comandanta de la Revolución Dora María Téllez llevaría cerca de dos semanas manteniendo una huelga de hambre parcial en la celda de El Chipote donde se encuentra presa desde hace más de 16 meses, como protesta por las inhumanas condiciones de privación de libertad a las que se ve sometida y para exigir el acceso a material de lectura y que le permitan firmar un poder para que sus familiares puedan retirar su pensión de jubilación.
Dora María Téllez tan sólo estaría ingiriendo los alimentos que le hace llegar su familia cuando el criterio arbitrario de las autoridades lo permite. Como pudimos comprobar hace escasas semanas, cuando fue exhibida públicamente en una farsa de trámite jurídico mediante la cual el gobierno de Daniel Ortega pretendía alimentar el régimen de terror en el que se sustenta, Dora María, quien tiene 66 años de edad, presenta un aspecto muy desmejorado que evidencia la precariedad de su estado físico tras meses de incomunicación, alimentación deficiente, privación de luz y otras torturas sensoriales que hemos venido denunciando desde la IM-Defensoras. Se estima que antes de iniciar la huelga de hambre ya había perdido más de 15% de su masa corporal. En tal estado, mantener una huelga de hambre, incluso siendo ésta parcial, puede suponer una merma aún más grave de su salud, llegando a poner su vida en riesgo.
Declararse en huelga de hambre es una acción desesperada, que en el caso de Dora María, como en el de otras personas presas políticas que se han visto abocadas a llevarla a cabo, responde a la absoluta negativa por parte de las autoridades a escuchar sus legítimas demandas y garantizar sus derechos humanos, los cuales son inalienables y siguen vigentes en el estado de privación de libertad. Cabe recordar el caso de Támara Dávila, quien para poder ver a su hija, tras quince meses de no poder hacerlo desde su detención, tuvo que declararse en huelga de hambre y generar una campaña de solidaridad y presión internacional. Es el caso también de los periodistas Miguel Mora y Miguel Mendoza. Éste último en estos momentos también se encuentra en huelga de hambre reclamando poder ver a su hija de siete años de edad. La huelga de hambre continúa siendo el único recurso que tienen las personas presas políticas para exigir y demandar el cumplimiento de sus derechos, una acción extremadamente riesgosa.
Dora María Téllez, la "comandante dos", es un ícono de la revolución popular sandinista y de mujeres exguerrilleras. Con solo 22 años formó parte de la operación "Muerte al Somocismo" en un asalto al Palacio Nacional para exigir la liberación de 60 presos políticos. Fue vicepresidenta del Consejo de Estado y Ministra de Salud en los años 80. Dirigió el antiguo Movimiento Renovador Sandinista (MRS), ahora llamado UNAMOS. En febrero de este año fue ilegalmente condenada a 8 años de prisión por supuesto delito de "conspiración para menoscabar la integridad nacional de Nicaragua".
Por otra parte, resulta preocupante que ya son varias las personas presas políticas que han fallecido estando privadas de libertad y bajo la responsabilidad del Estado nicaragüense, debido a complicaciones de salud derivadas de las condiciones de encarcelamiento y la omisión o negativa de brindar atención médica por parte de las autoridades penitenciarias. El caso más emblemático es, precisamente, el del también ex-comandante sandinista y dirigente de UNAMOS Hugo Torres, quien junto a Dora María Téllez co-lideró el asalto al Palacio Nacional, y cuyo fallecimiento se produjo el pasado mes de febrero en la cárcel.
Desde la IM-Defensoras nos solidarizamos y apoyamos las legítimas demandas de Dora María Téllez y expresamos nuestra preocupación por su estado de salud y la evolución del mismo, haciendo responsable al Estado nicaragüense de cualquier afectación sobre la integridad y la vida de la defensora.
Dora María Téllez, presa política injustamente criminalizada y privada de libertad por luchar por una Nicaragua más justa e igualitaria, no debería estar en la cárcel. Por ello exigimos su inmediata libertad y, mientras ésta no se le conceda, que se le otorgue la condición de "casa por cárcel", como se ha hecho con otras personas presas políticas con condiciones de edad y salud similares a las suyas.
Asimismo, llamamos a la comunidad internacional a solidarizarse con Dora María Téllez y el resto de personas presas políticas en Nicaragua, quienes están enfrentando entornos torturantes y vulneraciones a sus derechos fundamentales y a los derechos de sus familias, para que cesen estos abusos y se las libere a todas.