Desde la IM- Defensoras observamos con mucha preocupación el incremento durante los últimos días en la cantidad y gravedad de las agresiones contra defensoras de derechos humanos en Nicaragua. Entendemos esta tendencia de recrudecimiento de la represión como una estrategia del gobierno para mantener el control social, o estado de sitio de facto, y evitar cualquier expresión de disidencia, protesta o conmemoración en el marco del aniversario del estallido social del 18 de abril de 2018.
Esta tendencia de incremento de actos de represión durante los días previos, durante y días posteriores al 18 de abril también se ha observado en años anteriores, resultando en decenas de personas detenidas, judicializadas, amenazadas, lesionadas. Para las defensoras nicaragüenses ha significado un aumento de campañas de desprestigio y hostigamiento en sus casas, agresiones sexualizadas tanto a ellas como a sus familiares mujeres, amenazas, así como el incremento de la militarización para el control y vigilancia en sus territorios y barrios. Dicha represión también ha repercutido en un incremento en los incidentes registrados de agresiones colectivas e institucionales a organizaciones feministas y de mujeres.
Ante esta situación, que atenta contra la vida e integridad de las defensoras nicaragüenses y sus espacios de organización, hacemos un llamado de urgencia a la comunidad internacional para que se mantenga especialmente alerta y vigilante ante la escalada represiva y las agresiones y violaciones a derechos humanos que se produzcan en este contexto.
Desde la IM-Defensoras nos mantenemos vigilantes de los acontecimientos y expresamos nuestro reconocimiento, solidaridad y apoyo a las defensoras nicaragüenses en sus justas y legítimas demandas de justicia y libertad.