[PRONUNCIAMIENTO] El derecho a saltarse las fronteras y a defender la vida frente a las políticas de muerte.

A finales de junio, 53 personas migrantes procedentes de México y Centroamérica murieron hacinadas bajo un calor asfixiante en el interior del  camión en el que viajaban, el cual había sido abandonado en el Estado de Texas, Estados Unidos. Durante 2021, al menos 557 personas migrantes fallecieron intentando cruzar la frontera de México con Estados Unidos.1

Unos días antes, el 25 de junio,  37 migrantes perdieron la vida como consecuencia de la violencia usada por las fuerzas de seguridad de los Estados marroquí y español cuando intentaban saltar la valla de Melilla con la intención de acceder a la Unión Europea. Estas 37 personas se suman a las 4,404 que durante 2,021 intentaron cruzar la frontera del Estado español para huir de la guerra y el hambre y buscar una vida digna, pero sólo encontraron el desprecio y la muerte.2 

Todas estas muertes eran evitables; todas ocurrieron bajo la acción, omisión o aquiescencia de autoridades fronterizas. Por ello y sin temor a equivocarnos podemos calificarlas como asesinatos. Detrás de cada una de estas vidas perdidas hay decisiones de gobiernos y otras instancias supraestatales que definen políticas de fronteras que llevan a la muerte a miles de personas en todo el mundo, hay negocios millonarios de empresas que lucran con la violencia y la muerte de migrantes, hay complicidad con mafias que trafican con vidas humanas. Detrás de cada una de estas muertes hay guerras financiadas y aprovechadas por las grandes potencias mundiales y proyectos extractivos de capital internacional que matan, despojan, destierran y desplazan de manera forzada a pueblos enteros.

Para los intereses del poder corporativo, los gobiernos que les protegen y las alianzas de muerte como la OTAN, todas las vidas migrantes que se pierden en las fronteras son desechables, por ello no escatiman en muros, vallas, armamento y fuerzas de seguridad para detenerlas y aniquilarlas, para obligarlas a cruzar por vías cada día más inseguras, para despojarlas de sus derechos con toda crueldad. Por ello no hacen nada para evitar sus muertes, convirtiéndose en autores o cómplices de este asesinato constante en las fronteras. 

Ante esta realidad las comunidades migrantes, defensoras y organizaciones defienden la vida. En nuestra región miles de personas de El Salvador, Guatemala, Honduras y México se organizan en Caravanas Migrantes para acompañarse en uno de los tránsitos migratorios más peligrosos del planeta. Así mismo defensoras de derechos humanos –madres y familiares, buscadoras, periodistas, religiosas, luchadoras comunitarias–, y colectivos en todo el mundo denuncian la barbarie de las políticas de fronteras, el despojo y la violencia que obliga comunidades enteras a desplazarse de manera forzada y la complicidad entre empresas, mafias y autoridades que han hecho de la migración ilegal un negocio. 

Lejos de escuchar y proteger a las comunidades migrantes y las defensoras y grupos que se organizan por sus derechos, los Estados les reprimen, difaman y criminalizan. Desde la IM-Defensoras hemos documentado miles de agresiones contra defensoras del territorio que denuncian el impacto de los proyectos extractivos que provocan la migración forzada en sus comunidades; hemos denunciado las campañas de difamación por parte de medios de comunicación y autoridades contra defensoras y organizaciones que denuncian las violaciones a derechos humanos de las comunidades migrantes; hemos acompañado el proceso de desplazamiento forzado de muchas compañeras que huyen de la violencia y nos hemos topado con las numerosas trabas y agresiones de las autoridades fronterizas.

Estas violencias contra quienes alzan la voz por el respeto a las vidas migrantes no sólo se dan en nuestra Mesoamérica; activistas del Estado Español, Estados Unidos y otros países del norte global sufren también agresiones muchas veces bajo el amparo de leyes que restringen su labor y fuerzas de seguridad del Estado. Mientras estos gobiernos van dando  lecciones de democracia alrededor del mundo, en sus propios territorios criminalizan e intentan acallar las voces de quienes protestan ante sus inhumanas leyes migratorias, denuncian los brutales abusos perpetrados por sus fuerzas de seguridad u ofrecen apoyo y acompañamiento a las personas migrantes.

Desde la IM-Defensoras nos sumamos al clamor mundial que exige justicia por todas las vidas migrantes asesinadas por políticas de muerte e intereses capitalistas y respeto y protección para las defensoras y organizaciones que defienden la vida y luchan por un mundo sin fronteras.

¡Alto a los asesinatos de migrantes y a las políticas xenófobas de muerte!

 

1 Registro de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos.
2 Registro de la organización Caminando Fronteras.

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