#AlertaDefensoras NICARAGUA / Estado nicaragüense deniega entrada al país a comisionada de la CIDH

Esmeralda Arosemena Troitiño

Organización
Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH)

Actividad
Derechos de la niñez y adolescencia

Agresión sufrida
Denegación de entrada al país

HECHOS - El viernes 17 de noviembre el Gobierno de Nicaragua no permitió el ingreso al país de Esmeralda Arosemena, relatora para los derechos de la niñez y adolescencia de la CIDH, quien había sido invitada por la Coordinadora Nicaragüense de ONG que trabaja con la Niñez y la Adolescencia (CODENI), para asistir a un foro el lunes 20 de noviembre sobre el rol de las organizaciones de la sociedad civil en la promoción y defensa de los derechos de la niñez y adolescencia con énfasis en la protección especial.

Ante el alegato del Estado nicaragüense sobre que no había ninguna audiencia de Estado programada y que la visita no contaba con autorización, la CIDH respondió que la visita de la comisionada era de carácter promocional, amparado esto por la función prevista en los estatutos de funcionamiento CIDH, para las que no son necesarias los permisos del Estado sino la información por parte del relator invitado.

No es la primera vez que el Estado nicaragüense impide el ingreso o expulsa a representantes de instancias oficiales y organizaciones internacionales. Cabe recordar la denuncia que hizo la IM-Defensoras en agosto de 2016, cuando el Relator sobre la situación de personas defensoras de derechos humanos, Sr. Michel Forst, tuvo que cancelar su visita al país al no autorizarla el gobierno.

Sucesos como este suponen dejar en la indefensión y en situación de vulnerabilidad tanto a las personas y grupos sociales que ven sistemáticamente atacados sus derechos humanos como a las personas y organizaciones que los defienden.

Desde la IM-Defensoras condenamos este grave suceso y expresamos nuestra preocupación por el explícito y reiterado desprecio del Estado hacia los derechos humanos y los mecanismos internacionales que velan por su cumplimiento, así como por el sistemático acecho que padecen las organizaciones que trabajan por los derechos humanos en el país, de manera muy especial las feministas y las que defienden los derechos de las mujeres.

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