Persona joven mira su teléfono celular - Fotografía de pexels.com/@aviz

CUERPOS DIGITALES, TERRITORIOS EN DISPUTA.

Análisis feminista de las violencias digitales contra las defensoras de derechos humanos en Mesoamérica.

Las defensoras en Mesoamérica enfrentamos contextos cada vez más complejos, donde el incremento de las agresiones digitales y la disputa por el espacio digital son una constante. Entre 2020 y el 31 de octubre de 2024, nuestro Registro mesoamericano de agresiones a defensoras ha documentado un total de 7,406 agresiones digitales en El Salvador, Honduras, México y Nicaragua. Esto representa una de cada cuatro del total de agresiones registradas durante el mismo período. Los tipos de agresiones virtuales más frecuentes han sido los hostigamientos, la divulgación de hechos falsos, las campañas de desprestigio, los cuestionamientos o puestas en duda del liderazgo, moral, ética o profesionalidad de las defensoras o sus organizaciones, y las amenazas. La gran mayoría fueron perpetradas a través de las redes sociales. Las defensoras más agredidas a través de medios digitales son quienes defienden el derecho a la verdad, justicia y reparación; el derecho a la participación política y a participar en espacios de toma de decisiones; y quienes trabajan por el derecho a la información y libertad de expresión.

Esta realidad y su impacto en nuestras vidas y luchas y en nuestros movimientos se hicieron evidentes durante la sindemia del COVID-19, cuando ante la imposición de estrategias de aislamiento, el ámbito digital adquirió una relevancia crucial para la defensa de los derechos. En respuesta, los Estados y los poderes fácticos destinaron esfuerzos y recursos significativos para silenciar nuestras voces y nuestra presencia en el espacio digital. Esta violencia no es más que una extensión de las estrategias de represión que históricamente hemos sufrido. 

En la IM-Defensoras hemos venido reflexionando, desde un enfoque crítico y feminista, sobre la realidad que enfrentamos las defensoras mesoamericanas en el ámbito digital. Es así que, a finales de 2023 iniciamos un proceso de construcción colectivo de conocimiento, una investigación participativa que desde las experiencias de las defensoras en los territorios nos permitió entender el ámbito digital como territorio en disputa e identificar estrategias de protección integral feminista para enfrentarlas.  

Para esto se realizaron procesos de investigación simultáneos en Honduras, El Salvador, Nicaragua y México, que incluyeron entrevistas a defensoras y personas especialistas en seguridad digital en la región, encuestas, análisis de marcos legales y revisiones bibliográficas. Gracias al trabajo conjunto con las redes de cada país y el apoyo de feministas expertas en protección y cuidados digitales, pudimos identificar y entender las diferentes formas en que las defensoras de Mesoamérica nos relacionamos con las tecnologías. 

Identificamos los métodos utilizados por quienes ejercen violencia contra las defensoras en el ámbito digital, y cómo estos se vinculan de manera continua con la violencia que experimentamos en el ámbito físico. También exploramos los efectos de estas violencias sobre nuestros cuerpos, familias, comunidades, territorios, movimientos y luchas. Por su parte, el análisis de los marcos legales y regulatorios de cada país nos permitió comprender cómo estos se han convertido en instrumentos para silenciar a quienes defendemos derechos humanos. 

Con este trabajo colectivo contribuiremos al fortalecimiento de las estrategias de Protección Integral Feminista (PIF) incorporando una mirada especializada desde la intersección entre tecnologías digitales, feminismos y defensa de los derechos humanos. Entendiendo el territorio digital no como un entorno aislado, sino como un continuum de nuestras vidas como defensoras que representa una oportunidad para ampliar nuestra presencia, voces y demandas.

¿Cuáles son los principales ataques que enfrentamos en los territorios digitales?

  • Amedrentamiento.

  • Deslegitimización de nuestro trabajo.

  • Desinformación de género, que engloba acciones que buscan afectar nuestra imagen pública a través de difundir narrativas falsas o engañosas basadas en nuestro género y/o nuestra sexualidad.

  • Acoso digital.

  • Amenazas a nuestra integridad y a la de nuestro entono cercano.

  • Violencia sexual digital.

  • Vigilancia electrónica ilegal.

  • Desanonimización, la cual consiste en revelar información personal sensible sobre nosotras en espacios públicos como las redes sociales, por ejemplo: difundir la dirección de nuestra casa o de nuestro trabajo, publicar fotos de nuestras hijas, hijos e hijes, nuestro número de teléfono, etc.

¿Por qué nos agreden en el entorno digital?

  • Para acallar nuestras voces críticas.

  • Para desmovilizarnos, buscando inhibir nuestra participación y la de otras mujeres o personas de las disidencias sexo-género en la labor de defensa de derechos humanos.

  • Estigmatizándonos y deslegitimando nuestras voces y nuestro trabajo.

  • Para disciplinarnos por ser mujeres y disidencias sexo-genérica que desobedecemos el mandato patriarcal de género que nos quiere calladas y confinadas en el ámbito privado.

¿Quiénes son nuestros principales agresores digitales?

  • Actores vincualdos al Estado

  • Funcionarios públicos

  • Empresas mineras

  • Crimen organizado

  • Grupos conservadores y anti-derechos

  • Personas candidatas a cargos políticos

  • Actores del entorno cercano:

  • Colegas

  • Familiares

  • Integrantes del vecindario

  • Otras personas que militan en nuestros movimientos.

  • Amistades

  • Exparejas

¿Cómo funcionan las agresiones digitales?

  • Criminalizando nuestro trabajo a través de declaraciones públicas, amenazas, leyes, etc.

  • Monitoreando constantemente nuestras actividades. 

  • Recolectando datos personales, incluyendo los relacionados con nuestra esfera íntima.

  • Agrediéndonos en momentos puntuales estratégicos.

  • Señalando a nuestros movimientos sociales como enemigos internos de la sociedad o la comunidad.

  • Valiéndose de la complicidad de los medios de comunicación hegemónicos.

  • Acosando a los medios de comunicación independientes, alternativos y críticos.

  • Desarrollando estrategias de viralización de las agresiones a través del uso de hashtags, troles, influencers, campañas, etc.

  • Todo ello en un marco de impunidad generalizada que se caracteriza por:

  • La naturalización social de la violencia digital.

  • La existencia de marcos legales débiles.

  • Desconfianza en la denuncia ante las autoridades

  • Ineficiencia creciente de los canales de ayuda a defensoras por parte de las plataformas de redes sociales.

  • La dificultad para demostrar quiénes están detrás de los ataques.

  • No denunciar por el desgaste emocional y económico que eso significa.

¿Cómo nos impactan y nos afectan las violencias digitales?

  • Nos generan miedo y nos desmovilizan, llegando en muchas ocasiones a paralizar por completo nuestros activismos.

  • Nos someten a desgaste emocional.

  • Conllevan costos materiales y políticos.

  • Pueden llegar a provocar que perdamos nuestros empleos.

  • Algunas nos vemos forzadas a desplazarnos del lugar donde vivimos.

  • Nos obligan a tener extrema cautela, cuidado y autocensura en los contenidos que publicamos en redes sociales.

  • Muchas veces provocan que nos salgamos de las redes sociales.

  • Nos generan pérdida de credibilidad y legitimidad ante nuestros movimientos, comunidades y otros actores e instancias.

CUERPOS DIGITALES, TERRITORIOS EN DISPUTA.