PRONUNCIAMIENTO Red Nacional de Defensoras de DDHH en México / #SinDefensorasNoHayMovimiento

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México, 9 de diciembre de 2018

#SinDefensorasNoHayMovimiento

  • Cero tolerancia a la violencia contra las defensoras

Las mujeres defensoras estamos presentes en todas las luchas contra las injusticias en México. La vanguardia es nuestro lugar. Somos semillas con embriones de cambio.

Inmersas en un mundo patriarcal y de muerte, nuestro aporte está en constante asedio. Nos acechan los grupos de poder cimbrados por nuestros contundentes pasos. Pero las violencias pueden venir también de nuestros familiares, la gente de nuestra comunidad, de nuestrxs propios compañerxs de lucha.

De acuerdo con el Registro Mesoamericano de Agresiones a Mujeres Defensoras de Derechos Humanos, entre 2015 y 2016, se perpetraron 2 mil 197 agresiones contra las defensoras en la región, lo que es 30% mayor que lo ocurrido en 2013 y 2014. México es el país más hostil para las defensoras, al concentrar la mayor cantidad de ataques para este periodo, respecto de El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua. En total 862, uno en promedio cada día.

Y aunque nuestros principales verdugos siguen siendo quienes por ley son garantes de nuestros derechos, es decir los agentes del Estado, la violencia irradia también de nuestros espacios más íntimos. El Registro Mesoamericano lo revela: al menos el 13% de las violencias que vivimos vienen de nuestros círculos más cercanos.

A las defensoras se nos castiga por nuestro activismo, igual que a nuestros colegas. Pero, adicionalmente, se nos agrede por transgredir el rol social que se nos impone, que es el de los cuidados y las tareas domésticas; por irrumpir las esferas públicas arbitrariamente reservadas para los varones.

Es por ello, que en el marco de los 16 Días de Activismo contra la Violencia de Género, develamos estas violencias, quizá las más invisibles, en contraste con el negro tan remarcado de sus impactos.

Lejos de lo que se ha reproducido como una tajante verdad (repetición, estrategia de persuasión), sacar de bambalinas las violencias que vivimos en nuestros movimientos y organizaciones no debilita ni quebranta; mentira que quienes alzamos la voz seamos las detractoras de los movimientos.

Las defensoras de México apostamos a transformar de raíz y bien hondo, por ello trabajamos también por la congruencia de nuestras causas y salvaguardamos nuestra dignidad y la de nuestras compañeras. El cambio sistémico que buscamos empieza en las propias filas; que éstas sean los cimentos del mundo por el que luchamos.

Es fundamental, por supuesto, en el marco del contexto político actual, demandar al gobierno entrante que emprenda medidas contundentes para eliminar de una vez por todas las violencias que enfrentamos las personas defensoras por nuestra labor y, en el caso de las mujeres defensoras, también por nuestra condición de género.

En ese sentido, lo primordial es que el Estado vire drásticamente la política oficial que concibe a las personas defensoras como enemigas y, en tanto, apunta a su extermino de las formas más variadas, incluidas las legislaciones que nos criminalizan y la perpetuación de la impunidad con sus nefastas consecuencias. Además es su deber atender el origen de las injusticias y la desigualdad social, que es lo que nos mantiene en la sinuosa línea de defensa.

Las defensoras estamos presentes en todas las luchas. Nuestros trazos fluorescentes, tintura de luciérnaga, bosquejan los senderos para que toda la población pueda gozar de sus derechos fundamentales. Sin nosotras no hay movimiento.

Hoy, en el Día Internacional de las Personas Defensoras de los Derechos Humanos, nuestro grito colectivo es tan potente para retumbe afuera y hacia adentro.

El Estado tienen que actuar de inmediato y sin vacilación; su deuda con la población y con las personas defensoras es inmensa. Masacres, desapariciones, violaciones, criminalización, terror, impunidad, cinismo… incontables son sus agravios.

Los movimientos tienen sus propias batallas. Las expresiones de machismo que se reproducen en sus filas no son de segunda ni asunto individual; es impostergable exterminarlas. Compañeros y compañeras de lucha, hagamos consciencia: ¡Que nuestros movimientos sean espacios seguros para las defensoras!

Suscribimos la palabra de nuestra compañera defensora Marusia López Cruz: “No reconocer y no enfrentar la problemática de la violencia contra las defensoras en los movimientos, pone en riesgo la integridad de muchas compañeras, debilita nuestras organizaciones y pone en duda la legitimidad de nuestras luchas y de las causas por las que luchamos”.

Tenemos que acompañarnos en este camino y sumar fuerzas para declarar tolerancia cero a la violencia contra las defensoras en los movimientos y organizaciones. Sabemos que no es fácil; hemos sido socilizadxs en la discriminación y en la violencia. Pero si tomamos en serio la importancia de enfrentar estas contradicciones y de construir mecanismos internos para erradicar esta situación, saldremos fortalecidas como personas, como movimientos. Y saldrán fortalecidas nuestras causas y nuestras luchas”.

Red Nacional de Defensoras de Derechos Humanos en México

Flor Goche, coordinadora

Móvil: 9512048745

Correo: rednacionaldedefensorasmexico@gmail.com

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